Banca va por digitalización y reducir el uso de efectivo

  • El nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México, encuentra en el panorama actual una oportunidad histórica para que México fortalezca su posición como potencia económica global

Ciudad de México.- El banquero Emilio Romano, quien ayer asumió su cargo como nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), señaló que buscará impulsar la integración financiera de Norteamérica en medio de un contexto económico complejo, marcado por tensiones con su principal socio comercial, Estados Unidos, cambios en las cadenas de suministro y nuevas demandas tecnológicas.

Sin embargo, Romano, quien ocupará este cargo hasta 2027, ve en esta situación una “oportunidad histórica” para que México fortalezca su posición como potencia económica global, con un enfoque claro en la integración financiera de Norteamérica, el respaldo a pequeñas y medianas empresas (Pymes) y financiamiento a los proyectos del Plan México de la Presidenta, Claudia Sheinbaum.

En su discurso durante el cambio de mazo en la 88 Convención Bancaria, Romano, presidente del Consejo de Administración de Bank Of America México, presentó tres ejes estratégicos para transformar el sistema financiero mexicano.

El primero, señaló, es reducir el uso de efectivo y acelerar la digitalización, lo que consideró un paso esencial para mejorar la competitividad y fortalecer la inclusión financiera.

Aunque el 74% de las compras superiores a 500 pesos en México se realizan en efectivo, Romano destacó que otros países han avanzado significativamente en la digitalización, como Suecia, donde solo el 10 % de las transacciones son en efectivo, y Brasil, donde el sistema de pagos instantáneos PIX ha revolucionado el mercado financiero.

El segundo eje, agregó, es profundizar el acceso a los servicios financieros para elevar la inclusión, con un énfasis particular en las Pymes.

En este sentido, Romano señaló que estas empresas son fundamentales para el crecimiento económico y la creación de empleo en México, pero enfrentan barreras significativas para acceder a financiamiento, como la informalidad, la baja educación financiera y la falta de garantías.

Como parte de su plan, se comprometió a trabajar para que al menos el 30% de las Pymes tengan acceso a crédito bancario al cierre del sexenio, apoyando así su integración en las cadenas de valor globales, como parte del convenio firmado entre el Gobierno mexicano y la ABM durante la Convención.

El tercer eje, concluyó, es fortalecer la integración del sistema financiero mexicano con sus principales socios comerciales en Norteamérica: Estados Unidos y Canadá, como una medida clave para capitalizar las oportunidades de la globalización y los cambios en las cadenas de suministro internacionales.

Entre su propuesta Romano delineó la creación de grupos de trabajo conjuntos entre bancos, gobiernos y actores privados para homologar procesos financieros, facilitar el comercio transfronterizo y reducir costos operativos.

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