Tiempos de Guerra/ Por: Chano Rangel

¡El maestro!

Tengo muchos amigos que eligieron por profesión ser maestros, también fue forjado por muchos de ellos, y gran parte de lo que soy se los debo a estos incansables luchadores de tiempos mejores.

En la primaria bien recuerdo, allá en mi natal ciudad Mante, en la escuela Leyes de Reforma del ejido Benito Juárez, tenía como director y maestro a José Luis Rocha Ortiz, algunos lo odiaban, de ese malestar que ocasiona que un profesor nunca faltara a sus labores, como el profe José Luis, y digo odio, refiriéndome a ese sentimiento que un niño puede tener, cuando está fuera de su casa y tiene un tiempo libre sin el cuidado de sus padres, y la figura del maestro era su única barrera.

Recuerdo a Narda De la Garza, hermosa mujer y mucho mejor maestra, era el primer año de mi educación primaria, Guillermo Villa en el segundo año, que tiempo después fuimos compañeros de trabajo en la Universidad Tecnológica de Matamoros, de esas vueltas que da la vida, el maestro Guillermo fue quien se acordó de mí, al parecer si era muy travieso en esa época de infante.

En tercer año, las clases estuvieron a cargo de mi tío Miguel Martínez Balleza, hombre metódico y muy estricto, fue una etapa difícil en la disciplina, pero fructífera en el aprendizaje, lo admirable, es que el maestro con toda su autoridad, al llegar a casa de mi abuela, le daba beso en la mano, y con una reverencia total, exclamada “tía me da gusto verla” y siempre había un bocado para mi tío el profe Miguel.

También en cuarto año, la enseñanza estuvo a cargo de mi tia Herlinda, casada con mi tío Fermín Balleza Becerra, la tía siempre lucia hermosa, estricta a mas no poder, los cabellos de la patilla, el borrador, el metro, el coscorrón, eran esas herramientas correctivas en una etapa de niñez a pubertad, que forjaron en mi disciplina y orden.

En quinto año, me tuve que trasladar al pueblo, a la ciudad, y ahí curse el año, en la escuela Adolfo López Mateos, la más cercana a la colonia Enrique Cárdenas, la maestra Martha López, hizo su trabajo, recuerdo pasarme el recreo en la cancha y en pleno sol mantense, que pegaba como fuego en plena primavera.

Ya el sexto año, regrese al ejido, a la Leyes de Reforma, y donde me impartió clases el maestro José Luis Rocha Ortiz, y que, por cierto, fue mi única participación en un bailable de un festival escolar, era y sigo siendo muy malo para el baile.

Así fue mi educación primaria, con orden con respeto y de mi parte con admiración hacia todos los maestros que forjaron la niñez y el carácter en ese momento difícil de mi vida.

Ya en secundaria recuerdo a más, el maestro de Matemáticas, Mario Bernal, al de Ciencias Sociales, Gabriel De la Garza, de español la maestra Conchita, que era toda una institución allá en la Técnica número 2, de ciudad Mante. Y además a los profesores de educación física Tino Flores y Mario Torres y que decir de la guapísima maestra de educación artística, Hortensia Chaverri, clase a la que ningún varón faltaba.

Ya en la prepa recuerdo también varios, allá en la Prepa Mante de la UAT, me tocó por fortuna tener a las maestras de Inglés, Lety Benavides y Lilian Taylor, al maestro de química Carlos Medina, químico de profesión, al sociólogo Juan Marcos González, y al médico que recuerdo con mucho aprecio Edgardo Torres Rojas, que aparte de las cátedras, forjamos una linda amistad, al igual que Juan Marcos. A todos ellos, les agradezco de corazón su enseñanza media superior, etapa de rebeldía y definiciones en la vida.

En la parte universitaria recuerda, tuve muchos, pero a dos de ellos, que fueron pilares en la formación profesional, y una de ellas quizá la causante que sea el periodista de hoy, los maestros Laura Rangel y Francisco Garza, la primera de literatura y redacción y el segundo de ciencias políticas.

La maestra Laura ya fallecida, tuve la oportunidad de ser su amigo, me enseñó en gran parte lo poco que sé de escritura y redacción, porque decía que esa parte era como el ejercicio, tendrás que ejercitarlo todos los días, y como columnista lo hago desde hace ya más de 15 años, siempre estaré agradecido con la maestra.

Para el licenciado Francisco Garza, recién homenajeado por sus 25 años de labor docente, en la Universidad de Matamoros, mi alma mater en la carrera profesional, reconocimiento merecido y digno para un maestro de esa categoría de Paco, venido de la cultura del esfuerzo.

Este día rindo homenaje a mis maestros, a todos los que han forjado en un servidor, lo que es hoy en día, por sus consejos, por sus correctivos, maestros gracias por todo. Enhorabuena.

Es cuánto.

De Aquello y lo demás…

Solo el presidente y su equipo sabe a ciencia cierta a qué vino a la frontera de Tamaulipas, la idea era supervisar las remodelaciones y adecuaciones del sistema aduanal, en Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, el acceso fue totalmente restringido a los medios locales de comunicación, las gráficas que existen son producto del área de información del estado.

Si se supo por boletines enviados que habrá una inversión en estas áreas de 10 mil millones de pesos, para que no lo sabemos, pero lo más seguro, es para la vigilancia y protección, solicitud hecha por los Estados Unidos, en el marco de la seguridad fronteriza.

Algunos detractores salieron a pegarle a algunos alcaldes, que, porque no los recibió el mandatario nacional, déjeme decirle que, si tuvo la amabilidad de saludarlos, aunque las notas y la información las manejo el estado y la federación, por ser un asunto netamente federal. Pero ya sabe usted los adoloridos de todo se quejan, nada les embona.

chanorangel@live.com.mx

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