POR José Inés Figueroa Vitela
Reza la mitología universal que el Ave Fénix hubo de morir y consumirse en fuego, para renacer, con renovado poderío, de sus cenizas.
No necesariamente tiene que pasar así, si nos atenemos al otro adagio que alude a las aves blancas, que cruzan el pantano, sin manchar su níveo plumaje.
Todo ello, tampoco tiene que ver con aquellos patos, que en el mundo del revés, al que algunas próceres han aludido recientemente, gustan de practicar el tiro de escopeta.
“Marranos y trompudos”, les llaman en el pueblo.
El pavor cerval, que a los delincuentes de cuello azul les provoca el inminente arribo de TANIA CONTRERAS LÓPEZ a la Presidencia del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, sólo se entiende en el tamaño de los delitos por ellos cometidos.
Los chorros de dineros mal habidos, fluyendo hacia medios y cajas de resonancia de corta moral y vergüenza, explican la desesperación por librarse de tal amenaza, al tiempo que extienden la confianza hacia el colectivo, de que pronto se hará justicia, por sobre de aquellos desvaríos.
La lógica así lo anuncia.
Tampoco haría falta explicar los alcances de las recientes reformas jurídicas, en torno al andamiaje institucional asociado a la honestidad pública, la transparencia y la rendición de cuentas, si nos diéramos tiempo de leer el contenido de iniciativas, dictámenes y decretos.
Sí, hubo medios que titularon la información con un sentido distinto a lo que ella contenía y otros que, sin “perder el tiempo” en leer lo que habías detrás de los encabezados, de ahí se desprendieron para justificar hechos equivocados.
La desaparición del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Tamaulipas, ITAIT, se decidió con la reforma federal que dio paso a la extinción del INAI, confirmada en la reforma constitucional de Tamaulipas publicada el 13 de mayo del año en curso,
Vino a consumarse con la entrada en vigor de la nueva Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, el reciente 10 de julio, cuando también se hicieron efectivas otras disposiciones jurídicas que atañen a otros organismos públicos descentralizados de la administración pública estatal.
Los mismos que refieren que en lo sucesivo, el titular sectorial de tales entes, decidirá el rango de los titulares de los mismos, entre Directores Generales, o Directores de Área, dependiendo de los niveles de responsabilidades y disposiciones presupuestarias.
Cero que ver con la desaparición de otros institutos u Orgaismos Públics Descentralizados de la Administración Pública estatal.
La iniciativa lo mencionó; el dictámen lo confirmó y tras el debate, el decreto lo exhibió, hasta llegar al perioódico oficial del estado que en tiempo y forma lo publicó:
Primero: la Dirección General o Dirección, tiene a su cargo la administración de la entidad paraestatal;
Segundo: la persona titular de la secretaría que tenga la coordinación del sector, previo acuerdo con la persona titular del Ejecutivo, determinará el nivel jerárquico con el que contará la persona titular de la entidad paraestatal, en función del presupuesto asignado, las responsabilidades conferidas, volumen de trabajo y el número de personas servidoras públicas adscritas.
¿Alguna duda?
Tampoco es cierto que el Fiscal General IRVING BARRIOS MÓJICA y demás incrustados en el Poder Judicial, por el exgobernador prófugo, hayan actuado expresamente a su servicio, ejecutando la venganza de “manito”, ISMAEL, por los dineros públicos que le negó a él y a su querida aliada del pueblo, el exalcalde.
ENRIQUE RIVAS CUÉLLAR, ciertamente, empezó a investigarse en el pasado sexenio, pero los delitos de que ha sido acusado parecen tener sustento y serán las autoridades ministeriales las que resolverán lo que en derecho proceda.
La mayoría de los jueces y ministros cabecistas que aun cobran y despachan en el Poder Judicial de Tamaulipas, para cuando se resuelva en definitiva el caso, ya estarán enfrentando sus propios demonios.
Al menos eso es lo que esperan todos los tamaulipecos… Y yo con ellos.
Las aves Fénix, los patos, los marranos y trompudos, serán por entonces, conocidos y reconocidos, puestos en el lugar que les corresponde, frente a la opinión pública y en el nicho correcto de la historia.
Veremos y diremos.