- Este sábado, el Departamento de Transporte de los Estados Unidos declaró que México dejó de cumplir con un pacto aéreo bilateral desde 2022
Ciudad de México.- Este lunes, durante «La Mañanera», la Presidenta Claudia Sheinbaum informó que el Gobierno de México no ha sido notificado «formalmente» sobre las restricciones a aerolíneas mexicanas —especialmente a la alianza entre las compañías Aeroméxico y Delta— originadas desde el gobierno de Estados Unidos por considerar que México incumple con acuerdos bilaterales.
Este sábado, el Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT) declaró que México dejó de cumplir con un pacto aéreo bilateral desde 2022, cuando obligó a las aerolíneas de carga a reubicar sus operaciones desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), a casi 50 kilómetros de distancia, para aliviar la congestión en el puerto principal.
El DOT señaló que al restringir las franjas horarias y exigir que las operaciones de carga se trasladen fuera del AICM, México ha incumplido su promesa, ha perturbado el mercado y ha dejado a las empresas estadounidenses «con las manos vacías por millones en costos adicionales».
Debido a ello, el secretario estadounidense de Transporte, Sean Duffy, propuso revocar la inmunidad antimonopolio (ATI) bajo la que opera la alianza entre la estadounidense Delta y la compañía Aeroméxico, una de las más relevantes en el campo de la aviación entre ambos países.
Este lunes, la Presidenta declaró que hay que ver «exactamente» a qué se refieren las autoridades estadounidenses al acusar incumplimiento por parte de México: la Mandataria recordó que la decisión de trasladar los vuelos de carga del AICM al AIFA ocurrió durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de aminorar la saturación del aeropuerto capitalino.
Sheinbaum puntualizó que esa decisión se tomó con base en estudios técnicos y se avisó a las empresas de carga sobre el cambio e, incluso, remarcó que la mayoría de las empresas estadounidenses vieron bien trasladarse al AIFA, aunque algunas otras argumentaron que fue muy poco el tiempo de aviso para moverse.
«Sin embargo, ya pasó más de un año, año y medio, y las empresas se han ido adecuando a esta nueva circunstancia que es beneficiosa para todos», expuso.
Insistió, por último, en que lo que se privilegió fue la seguridad y apuntó que el AIFA está funcionando «muy bien», a medida en que se avanza en el fortalecimiento de los recintos fiscales y las aduanas «para que todavía sea mucho más eficiente la salida de carga».