LOS HECHOS/ EL PENÚLTIMO PENDIENTE

POR José Inés Figueroa Vitela

Dicen que el resultado de las encuestas favorece a quien las paga.

¿Y cuando no las pagan… o cuando el pueblo es quien cubre sus costos?

Parece un eufemismo y no lo es.

Recién se dieron a conocer los resultados de la encuesta nacional de percepción sobre el Servicio Público, levantada entre septiembre y octubre, por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI, que ya sabe, es un ente autónomo federal.

“Los números no mienten”, dijo respecto de aquello algún funcionario estatal, ponderando las buenas noticias emanadas del levantamiento de marras, aclamando a la justa difusión ante la opinión pública.

Entre las 75 ciudades,1898 demarcaciones urbanas y 27 mil 970 viviendas, donde se hizo el levantamiento, consultando a personas mayores de 18 años, destacará el municipio de Nuevo Laredo, por variadas razones.

Ya sabemos que en la municipalidad del primer puerto fronterizo existe una economía boyante, por su ubicación geográfica privilegiada y el empeño de sus autoridades en traducir los recursos disponibles en oportunidades para el crecimiento.

Problema y preocupación social e institucional, acaso, serían las conductas antisociales de individuos y grupos, igualmente atraídos por las ventajas de “la plaza”.

Todavía en los dos últimos meses del sexenio pasado, por allá desaparecieron dos grupos de personas, por las que cerró la administración con manifestaciones de familiares, afuera de la Casa de Gobierno, en Victoria, capital, que nadie atendió.

Con el cambio de gobierno estatal, también eso se transformó.

La nueva administración de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA “fue recibida” con otros dos grupos -por separado- de personas desaparecidas.

A saber, funcionarios de un municipio coahuilense y artesanos de un estado del sur, igual perdieron contacto con sus cercanos, dando paso a un intenso trabajo de búsqueda hasta reintegrarlos con los suyos.

Algo de lo que cientos -miles aseguran otras estadísticas- de lo que personas durante los seis años anteriores no pudieron gozar.

La alegoría es solo para repasar que, en este reciente trabajo, Nuevo Laredo aparece entre los que más han bajado en la percepción social de inseguridad, tanto como 22 puntos en el trimestre anterior (junio-septiembre) al pasar del 73 al 51 por ciento.

Victoria bajó 11 puntos -del 54 al 43- y solo en Tampico, de los municipios tamaulipecos consultados, tuvo un incremento del 23 al 26 que, como quiera, le mantiene en el top 10 de los mejores calificados.

En el mismo plazo, los neoladerenses que experimentaron conflictos o enfrentamientos, bajaron del 30 al 25 por ciento -la media nacional subió 4 fracciones de punto del 33.5 al 33.9 por ciento.

Pero en lo que más se ha significado el ayuntamiento liderado por CARMEN LILIA CANTÚ ROSAS, es en la percepción de efectividad, a la cabeza nacional, con el 63.2 por ciento, cuando la media entre sus pares medidos por el INEGI es del 32.3 por ciento.

Hoy no aparece algún municipio tamaulipeco, entre las ciudades donde más de sus ciudadanos han considerado vivir de manera insegura y ello, por supuesto incluye a Nuevo Laredo.

Insistir en tal municipalidad, atiende a la primicia de que, cuando en efecto ahí se habla de multimillonarias inversiones públicas y privadas que marcan un liderazgo, siempre el “pero” de la inseguridad había estado presente.

En ese MARCO, ya solo un pendiente le queda a la gestión de marras.

Los compromisos se cumplen.

De Victoria capital, todavía hablando del levantamiento libre y profesional del INEGI, hay otras revelaciones dignas de consideración.

El Municipio capitalino, por ejemplo, aparece entre los de menor incidencia y mayor disminución, donde los ciudadanos hayan enfrentado un conflicto común, al pasar del 24 al 14 por ciento.

La percepción ciudadana sobre inseguridad pública también le mantiene en un sitio de privilegio y disminución al pasar del 53 al 43 por ciento en aquel lapso.

Con Nuevo Laredo -decía- y Reynosa, que entraron en esta medición, son los que reflejan mejoría entre los últimos dos sondeos.

Otras resultantes devienen de esto y aquello.

Veremos y diremos.

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