Dueños de palcos del Azteca reclaman sus espacios rumbo al Mundial

  • La FIFA ha puesto en jaque los derechos de quienes adquirieron estos espacios

Ciudad de México.- Desde hace unas semanas, los propietarios de los palcos del Estadio Azteca han señalado una inconformidad con respecto al manejo de la FIFA de dichos espacios rumbo a la Copa del Mundo del 2026.

En ese sentido, Miguel Alessio, de 41 años y propietario de uno de los palcos en el Estadio Azteca, alza la voz ante la incertidumbre que enfrentan los palcohabientes rumbo a la Copa Mundial de 2026.

La FIFA, que tomará control total del estadio, incluyendo palcos y plateas, ha puesto en jaque los derechos de quienes adquirieron estos espacios hace más de 50 años. Alessio, cuya familia invirtió en el palco antes de la apertura del Coloso de Santa Úrsula (29 de mayo de 1966), exige que se respete el contrato que les garantiza acceso a todos los eventos del inmueble, sin excepciones.

«Nosotros tenemos derechos, en nuestros certificados no dice que tenemos a todos los eventos salvo los Mundiales. Simplemente dice que tenemos acceso a todos los eventos que se realicen dentro de las instalaciones del Estadio Azteca», afirmó Alessio en entrevista con SUN.

Este certificado, adquirido por su abuelo, fue parte de un proyecto que financió parte de la construcción del inmueble, con la promesa de 99 años de uso ininterrumpido. La FIFA, según Alessio, ignora estos acuerdos al apropiarse del 100 por ciento del boletaje, práctica que se ha consolidado en los últimos torneos. «A la FIFA no le importa si los palcos son propiedad privada, los palcos y plateas son certificados de participación inmobiliaria, pero la FIFA se adueña de todos los boletos, eso ha pasado en los últimos cuatro Mundiales y no le importa quién sea dueño, ellos venden los palcos y les entra el dinero».

Esta situación, asegura, no es culpa de los palcohabientes, quienes no deberían ser excluidos de los cinco partidos que se jugarán en el Azteca en 2026. Ante la posibilidad de una negociación, Alessio es claro: «Si quieren llegar a una negociación, tendría que ser extremadamente favorable para nosotros».

Sin embargo, su prioridad no es una compensación económica, sino el cumplimiento de su derecho. «No pedimos trato especial, ni que nos den una suite gigantesca y que nos llenen de alcohol el palco. Pedimos que nos dejen entrar al lugar que nos corresponde», sentenció.

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