POR José Inés Figueroa Vitela
El PAN Tamaulipas quiso dar signos de supervivencia, despertó dentro de su tumba y empezó a escarbar, sin darse cuenta de su posición invertida, de tal manera que su incipiente avance va a lo más profundo, bajo tierra.
El impresentable LUIS RENÉ “Cachorro” CANTÚ GALVÁN, quien asumió y se ha mantenido en la ilegalidad al frente del comité estatal del partido, ayer leyó el guión que le mandó el ex gobernador prófugo, confirmando lo que ya desde antes se sabía.
Que no traen nada en el morral y la intención de hacer política golpeteando al orden constituido, invariablemente se les vuelve en su contra, porque cualquier acusación que hacen, regularmente sin sustento, queda lapidada por los horrores y errores que en su tiempo cometieron.
Que andan reviviendo la intención de hacer parecer que LOS TRUCOS pandilleros son sus enemigos, con la idea de ponerlos en el relevo de la dirigencia estatal a cuidarles sus negocios, así como antes lo hicieron cuando las candidaturas, evidenciándose al endosarles las diputaciones que ahora detentan.
Que su “cesuda” estrategia para recuperar votos ciudadanos, ahora se centra en convertir en cajas de resonancia del cabecismo, a los alcaldes y diputados locales emanados del partido y lo único que harán será recordar que son lo mismo, salpicándolos de sus inmundicias.
Ello, en el supuesto de que sus pretendidas víctimas les hagan caso, porque hace mucho que la mayoría de los alcaldes y buena parte los legisladores locales y federales que conserva el PAN, pintaron su raya respecto del exgobernador de triste memoria, por marcadas diferencias con sus praxis y pensamientos.
Fatalmente les tocó transitar en su tiempo, pero nunca estuvieron de acuerdo con el estado delincuencial, el robo institucionalizado, el derramamiento de sangre y la persecución violenta de los adversarios políticos, por decir lo menos de las taras del pasado sexenio.
El único que les sigue haciendo la ronda es el ex dirigente y exdiputado FRANCISCO JAVIER GARZA DE COSS, con la afiebrada idea de que pueden hacerlo candidato ala alcaldía preynosense, que le vienen vendiendo desde que le sacaron la firma para apoderarse del partido, traicionando a sus antiguos aliados.
Hacerle la agenda mediática a los alcaldes y diputados panistas -nunca pudo hacerse una propia-; mentir acusando de mentirosos a quienes con no poco esfuerzo están remontando los rezagos que dejaron y construyendo el futuro y de pilón asegurar que hoy no se está haciendo lo que ellos sí hicieron, rebasa con mucho la definición del cinismo.
Todo eso que “El Cachorrito” de CABEZA dijo, incluyendo el poner a la ciudadanía como que “ahora está despertando y dándose cuenta del engaño en que lo mantienen”, reaviva el mal humor social en contra de quienes con él se dedicaron a hacerle daño a Tamaulipas y los tamaulipecos durante el pasado sexenio.
¿Acaso creen que ya se nos olvidó cómo se robaron todo el presupuesto de las medicinas, del equipo y los hospitales que recibieron en construcción y nunca terminaron pero si saquearon presupuesto con ese pretexto?
De salud, de obras, de turismo, de desarrollo económico, de comunicación, de seguridad, de todos los frentes que debieron atender como gobierno y solo fueron pretexto para engordar sus bolsillos deshonestos.
El atraso, la desatención, la afrenta, el despojo, son acciones de las que no solo se tienen referencia; se padecieron y las cicatrices no han cerrado como para que ahora anden con la idea de que pueden volver a engañar para seguir con el saqueo y la agresión.
A ver cuánto aguanta dando conferencias de prensa el CACHORRO y su partido si aceptan los replanteamientos de las autopreguntas para el lucimiento frustrado, a fuerza del imperio de la verdad.
Fuera del dictado desde la guarida texana, el aún dirigente espurio del PAN estatal, no trae mayores explicaciones a los cuestionamientos que la ciudadanía se ha venido haciendo, desde que en mala hora, les tocó pasar por el poder público tamaulipeco.
Con su PAN se la seguirán comiendo, mientras los verdaderos panistas no se empoderen y recuperen las siglas, la dignidad e historia del instituto político.