Por: Chano Rangel
Este 2025, no fue una celebración cualquiera, hay dos fechas que paralizan el país, una es el 10 de mayo, donde se celebra a las madres de todo México, y el otro día es el 2 de noviembre, donde se recuerda a los fieles difuntos, en todo el territorio nacional, desde el sábado empezaron los festivales y la tradición más arraigada en todas nuestras costumbres.
Desde la época pre colombiana ya se celebraba a los difuntos, y hasta nuestros días, no deja de ser una de las festividades más llamativas, folclóricas y tradicionales de nuestro país.
En un rincón de México, esta celebración va más allá de un simple festejo, ahí en el antiguo reino purépecha, las rituales son majestuosos y coloridos, son un patrimonio de la cultura mexicana, pero en esta ocasión no fue lo mismo.
En Uruapan, una de las ciudades más coloridas del país, la segunda más poblada del estado, solo por detrás de Morelia, la capital Michoacana, ocurrió un hecho insólito, así en pleno celebración delante de su familia, delante su pequeño hijo, y de cientos de ciudadanos que acudieron al festival de las velas, balas asesinas acabaron con la vida del acalde Carlos Manzo, un hombre reacio, echado para adelante y con una firmeza poco común en nuestro país.
Meses atrás pidió ayuda al gobierno federal, a la presidenta Claudia Sheinbaum, al secretario de seguridad Omar García Harfuch, pero nadie atendió, ni la voz fuerte del alcalde, ni los gritos de un pueblo ultrajado.
Los hechos ya habían cimbrado al país, un líder citrícola de Apatzingán, una líder social, meses atrás, y en ese mismo rato con horas de diferencia, otro líder social, fue abatido. Con un claro mensaje a los tres niveles de gobierno, el poder está en otro lugar, no en los palacios de gobierno.
El mensaje de la viuda de Carlos Manzo fue lapidario, le dijo a la presidenta Sheinbaum; de mujer a mujer, de madre de familia a madre de familia, dejando fuera investiduras, dejando fuera protagonismos e ideologías políticas, y la respuesta llego hasta el día siguiente, con respuestas vanas, vacías y incoherentes, como querer echarle la culpa a Felipe Calderón, a Enrique Peña Nieto, insólita la respuesta.
Cuando en Palacio Nacional se habla del pasado, se debería de definir hasta donde alcanza ese pasado, hasta donde está el pasado y el presente, hacia donde acudir en casos como este, como poder entender que, en plena celebración de día de muertos, un edil sea vilmente mancillado.
Enoja que los defensores del régimen, los bots de redes sociales, agredan a quienes opinan, y que en sus perfiles pongan un árbol, un carro, o un animal, no dan la cara porque son falsos, los que critican y piden justicia están ahí, todos los días, viviendo con el asombro y el miedo.
La presidenta no ha hecho lo mínimo posible para dar seguridad a un país, urgido de orden, de respeto y de una amalgama de medidas que lleven consigo paz y tranquilidad, no se trata de culpar al pasado, ya pasaron 7 años, que son poco para hacer mucho, pero son muchos para no hacer nada.
Ya no hay pretexto, ni las tonterías de Noroña, ni la defensa de los hijos del expresidente, mucho menos de los amigos del susodicho, no para eso no se eligió a la primera mujer como mandataria, si no para generar respeto, orden y un mínimo de garantías a los ciudadanos, este día de muertos, puede ser el parteaguas de un antes y un después, donde el tigre se soltó, y ya se deja sentir su fuerza en las calles de Michoacán.
En la política la máxima ley, es la voluntad, si se quiere se puede, la fuerza del estado es infinitamente superior a cualquier enemigo interno, no se resuelve dividiendo al país y culpando al pasado, ha llegado el momento de las definiciones; Carlos Manzo, puede ser la punta del cambio, y su memoria la fuerza que mueva a un país habido de justicia.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Luis Donaldo Colosio Riojas, senador del MC, da un mensaje de la falta de responsabilidad, nadie como Colosio hijo para saber que se siente que una bala le arrebate a su padre.
El senador emecista, reconoce que, si hay adeudos de los sexenios anteriores, pero vivimos en este sexenio, y en este momento a la responsabilidad es del actual gobierno.
Ayer lo escribí en mis redes, solo falte que el echen la cupla a Calderón, a Peña Nieto, y que cree así fue, a cómo van las cosas, no dude que el resolutivo es que el alcalde de Uruapan se murió de un infarto.
chanorangel@live.com.mx
