POR José Inés Figueroa Vitela
Hay quienes todavía no entienden ni identifican el concepto y la figura de “liderazgo”.
Afortunadamente, para los tamaulipecos, sobran los dedos de la mano para contarlos, y en el ostracismo seguirán perdidos, viendo pasar el tiempo… de lejos y desde fuera.
Hace unos días, la Presidenta de la República CLAUDIA SHEINBAUM PARDO se reunió, como tantas reuniones ha habido, con los gobernadores de las entidades federativas, especialmente, con los emanados de su movimiento, el de la Regeneración Nacional.
Luego de aquel encuentro, en el que abundaron las convocatorias a hacer y decir lo que, desde el origen se dice y se hace en Tamaulipas, obviamente ligado a las místicas y praxis en la Construcción del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, la Presidenta SHEINBAUM se reunió en privado, en Palacio Nacional, con el gobernante tamaulipeco.
La Primera Mandataria del país se ha visto y encontrado en público, por supuesto, con todos los Ejecutivos de los Estados, pero en la sede del Poder Nacional, en privado, solo se sabe de esta reunión celebrada con el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
El contenido expreso del diálogo, quedó en las cuatro paredes del salón presidencial.
El lenguaje no verbal, de llegada y salida, por la referencia de testigos directos de tales momentos, fue en el sentido de aprecio, de reconocimiento, de alegría, de coordinación, de empatía, de deferencia.
No haría falta decirlo con aquellas evidencias, pero otros trascendidos hablan de que la Presidenta, con todas las potestades que le dan no solo ser cabeza y guía de las instituciones del país, sino además, por el liderazgo que le extiende la muy amplia ascendencia entre el grueso de los mexicanos, reivindicó las primicias de ese mismo rol, que para los efectos de Tamaulipas y los tamaulipecos, ejerce el galeno gobernante.
Con palitos y manzanitas, para quienes no les alcanza el cacumen, AMÉRICO es el único decidor, actor, interlocutor, conducto, ejecutor de todas las definiciones y acciones para con el centro político y ejecutivo del país respecto de Tamaulipas, de hecho, pero además, con el aval y decisión del máximo liderazgo político del país.
O lo que es lo mismo: llegados los tiempos, será el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA el fiel de la balanza, en las definiciones de las candidaturas de MORENA y sus aliados del 2027 y el mismo 2028, a la hora de la sucesión estatal propia.
No se trata de una concesión ciega, gratuita, espontánea.
Es más bien la consecuencia de las coincidencias, afinidades, reconocimientos, que trascienden al cariño que se profesen y se imponen por la conciencia y aprecio del talento, la serenidad, la sensibilidad y el buen juicio que sí, nacen en perfiles y convicciones.
Esos son los valores que le abrieron al doctor AMÉRICO las puertas de Palacio Nacional para reunirse con la Presidenta de la República hace unos días y dibujar, en corto, el horizonte mediato de Tamaulipas sobre los mejores escenarios posibles.
Parece una verdad de Perogrullo, pero dados los pretendidos desplantes de algunos personajes que juegan a ganarle tiempo al tiempo, resulta puntual poner los puntos sobre las íes, para que luego no haya sorprendidos.
AMÉRICO lleva la voz cantante y en el aquí y ahora, su decir es de que, aún no son los tiempos.
Llegado el momento se evaluarán los perfiles de los presuntos aspirantes, para tomar la mejor decisión, de cara a los intereses y aspiraciones del pueblo, considerando el amplio abanico de necesidades, con todos los vectores incidentes.
Hoy solo cuenta la resta de puntos, para aquellos que desconociendo los signos de los tiempos, piensan que pueden torcer el curso del destino a su favor, a partir de grillas, presiones, terceras personas de aquí, allá y acullá, comprando conciencias o vendiendo dignidades.
Para cada caso, llámese alcaldías, regidurías, sindicaturas, diputaciones locales y federales, así como la gubernatura misma, serán candidatos quienes tengan qué ser, porque así conviene al conglomerado, en la valoración personalísima del liderazgo político actuante.
Bien vendría, a los aspirantes a actores políticos, empezar por un curso para que entiendan bien el concepto de liderazgo y a partir de ello, puedan identificarlos correctamente.
El resultado de la ecuación, en el país, tiene nombre y apellido: se llama CLAUDIA SHEINBAUM PARDO… y en el estado AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
Eso resulta fácil de aprender. Entender cómo pasa la “x” y la “y” de un extremo al otro de la ecuación, sumando, multiplicando y en el momento justo, restando y dividiendo, es la cuestión mayor.
Eso ya resulta prohibitivo para principiantes… corresponde solo a los avezados.
