Los Ángeles.- Con su nuevo estatus de rey de Europa, el Paris Saint-Germain empieza la conquista del nuevo Mundial de Clubes rencontrándose el domingo con el Atlético de Madrid, en medio del ambiente tenso que se respira en Los Ángeles (Estados Unidos).
Las escuadras del español Luis Enrique y el argentino Diego Simeone ya se vieron las caras en noviembre, con triunfo a domicilio del equipo madrileño por 2-1.
Sin tiempo apenas de celebrar el título en la Liga de Campeones, el PSG viajó a Estados Unidos como uno de los grandes favoritos en este primer Mundial ampliado a 32 equipos, que arranca motores este sábado en Miami.
El equipo francés se prepara desde el martes en Irvine, un suburbio al sur de Los Ángeles alejado del centro de la gran urbe californiana, donde se han concentrado las protestas contra las redadas migratorias de Donald Trump.
El contexto político motivó varias medidas de precaución de cara a este partido, que se disputará en el estadio centenario Rose Bowl de Pasadena (casi 90 mil asientos), al este de Los Ángeles, sede de la final del Mundial de 1994.
Las conferencias de prensa previas de ambos equipos, previstas para la tarde del sábado, fueron adelantadas a un horario matinal en previsión de la manifestación que tendrá lugar durante el día en Los Ángeles y muchas otras ciudades estadounidenses en contra de las políticas migratorias de Trump, que han incluido el despliegue de militares.
La posible presencia de agentes de inmigración en estadios del Mundial de Clubes y la Copa Oro de la Concacaf, que también arranca el sábado, ha generado preocupación entre los aficionados al fútbol en Estados Unidos, principalmente en la comunidad latina.
El partido está programado para el domingo a las 12H00 locales (19H00 GMT), un horario que permitirá que el público europeo siga uno de los choques más atractivos de la fase de grupos del torneo.
El rompecabezas de Luis Enrique
Tras su triunfal temporada, el PSG acude con un aura especial a un Mundial que carece de los recientes campeones de las ligas española (Barcelona), inglesa (Liverpool) e italiana (Nápoles).
Una de las grandes incógnitas será comprobar el estado físico de los jugadores de la escuadra parisina. Desde la paliza 5-0 al Inter de Milán en la final de la Liga de Campeones, muchos pupilos de Luis Enrique afrontaron compromisos con sus selecciones antes de viajar a Estados Unidos.
Para empezar, el técnico tendrá que encontrar un reemplazo de Ousmane Dembélé, que se lesionó el muslo izquierdo durante el duelo entre Francia y España de la Liga de Naciones el 5 de junio.
El extremo forma parte del plantel pero está en duda para la primera fase, en la que el PSG se medirá también con el Botafogo y el Seattle Sounders por el Grupo B.
Uno de sus posibles sustitutos, Bradley Barcola, también sufre un problema de rodilla cuyo alcance se desconoce.
Por el contrario, otras figuras del equipo como Doué, Vitinha o Hakimi parecen, por el momento, inmunes al cansancio.
Sequía de títulos
Por el lado del Atlético, Simeone quiere resarcirse de una temporada que se torció pronto en la Champions (eliminación en octavos de final) y en la liga española (tercer puesto).
Sin grandes refuerzos para el evento, los Colchoneros volverán a confiar en su fortaleza defensiva y en el peligro de la dupla atacante que conforman el francés Antoine Griezmann y el argentino Julián Álvarez.
Griezmann será una de las grandes atracciones del duelo ante el equipo de su país. El punta, de 34 años, ya los condenó en noviembre orquestando el contragolpe con el que el Atlético marcó el gol de la victoria en el descuento.
El francés jugará, además, en la ciudad que soñaba con recibirlo como nueva estrella del Los Angeles FC de la liga norteamericana (MLS) y ahora tendrá que esperar al menos hasta 2027, cuando expire la reciente renovación de Griezmann por el equipo español.