POR José Inés Figueroa Vitela
Por más que algunos se empeñen en sacudir la jaula desde las redes sociales, la realidad de Tamaulipas no se distorsiona con hashtags, ni con discursos reciclados desde el despecho, la ignorancia o los egos inflados artificialmente.
JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL, el Senador que aún no termina de entender si es funcionario, influencer, o víctima de sus propias inmundicias y la putrefacta herencia, volvió a hacer de las suyas en plataformas digitales, lanzando acusaciones sin fundamento en contra del gobierno estatal.
Lo que olvida —o finge olvidar— el bien llamado JR, es que Tamaulipas ya no es tierra de ocurrencias, ni de intereses familiares encubiertos por un cargo.
Lo que hoy se vive en la entidad, es un proyecto de transformación, donde los programas sociales no se reparten por capricho, ni por conveniencia electoral, sino por un profundo sentimiento de justicia social y con mucho trabajo en el territorio.
El diputado presidente del Congreso Local, HUMBERTO PRIETO HERRERA, a instancias de los medios, hubo de salir a responderle con puntualidad y sin rodeos a los desvaríos aquellos.
A diferencia de los discursos huecos que brotan desde la comodidad del teclado, como un torcido desahogo al ocio, PRIETO habló de los hechos:
Que el gobierno de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA no sólo ha respaldado los programas sociales de la federación, sino que los ha complementado con recursos y programas propios, ampliando su cobertura y profundizando su impacto.
Y es que mientras JR se limita a lanzar indirectas, el sistema DIF estatal —con la doctora MARÍA SANTIAGO DE VILLARREAL al frente— ha convertido la atención social en un acto de dignidad, y no en una moneda de cambio.
Los programas alimentarios, el financiamiento a microempresas familiares, la atención personalizada a los grupos e individuos más vulnerables, pasan por la muy sensible actuación del sistema estatal para el Desarrollo Integral de la Familia por ella liderado.
¿De qué abulia habla el JR cuando descalifica al gobierno estatal en las tareas de combate a la pobreza?, se pregunta el líder de la representación popular local.
Desde la administración del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, repasó, se invierte presupuesto propio para la atención de las personas con discapacidad que estaban fuera del padrón federal.
Igual se entregan despensas, se sirven alimentos calientes, se habilitan comedores comunitarios, y se acompaña a familias enteras en los polígonos más golpeados por la marginación, como se entregan otras becas y apoyos especiales con recurso estatal.
¿Resultados?
No hay que ir muy lejos.
Cumplidos los dos primeros años del sexenio, Tamaulipas ha reducido a la mitad los índices de pobreza extrema, y el objetivo es erradicarla por completo.
En ello, por supuesto, inciden de manera preponderante las políticas de la Cuarta Transformación, fundada por ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y consolidada por CLAUDIA SHEINBAUM PARDO desde la Presidencia de la República.
Pero negar el rol esencial de los oficios del liderazgo político estatal en la consecución de las metas en forma sobresaliente, es rechazar el reconocimiento mismo que la presidenta y el expresidente le han concedido no solo en palabras; también los apoyos en obras e inversiones patentizan el aprecio que AMÉRICO ha lo logrado del centro.
No se trata de una promesa de campaña ni es un sueño sexenal: es un compromiso medible, sostenido en políticas públicas serias y en la coordinación que tanto brilló por su ausencia en el pasado reciente que tanto añora el “cuñado de oro”.
Por eso, para JR todo aquello pasa desapercibido.
Habla desde el desconocimiento —o peor aún, desde el dolo—, porque reconocer el trabajo de AVA implicaría aceptar que el liderazgo honesto y cercano sí es posible, y que en Tamaulipas ya no hay cabida para los que usaban la política como herencia familiar o negocio personal.
Quizás por eso, en lugar de señalar con ética, JR opta por la descalificación fácil.
Acusa que “antes se hacían millonarios vendiendo despensas”.
Tiene razón en algo: hubo quienes lucraron con el hambre del pueblo, pero también hay quienes hicieron fortuna con otros métodos menos visibles, como el robo y trasiego de combustibles ilegales.
Actividad de la que —según se comenta en más de un café político y obra en autos jurisdiccionales— su padre no salió ileso, ni vacío, sino que más bien fue precursor del mayor delito de la época cometido en contra de todos los mexicanos.
Y si bien JR presume carrera política, habría que preguntar con qué recursos se construyó. Porque la congruencia no se mide en likes, sino en trayectoria y en las manos limpias que muchos hoy no pueden mostrar.
Mientras tanto, en Tamaulipas, el gobierno sigue trabajando. Y algunos, como JR, siguen tuiteando.
HUMBERTO PRIETO solo puso los puntos sobre las íes.