POR José Inés Figueroa Vitela
No sé por qué ahora la traen contra el Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, DÁMASO ANAYA, si él no va a ser candidato.
No es cierto que él ande formando su propio partido para postularse a la gubernatura, porque en MORENA, a instancias de la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, proscribieron la herencia de cargos-candidaturas entre familiares y su primo el Gobernador AMÉRICO, aunque quisiera, no podría impulsarlo.
Cosa más descabellada sólo puede anidar en las afiebradas mentes de sus detractores.
El informe que propuso la diputada PATRICIA MIREYA SALDÍVAR CANO, en nombre de la bancada minoritaria del PAN, para que explique los términos de su denuncia en contra una empresa financiera, “por acciones irregulares no autorizadas, que le significaron un quebranto de 568 millones de pesos” al Alma Mater, tiene muchas aristas.
DÁMASO no fue quien inició con esas práctica de especular con los recursos públicos en las Casas de Bolsa.
En tiempos de MANUEL CAVAZOS LERMA gobernador, le costó hasta la amistad y el trabajo a un Secretario de Finanzas, cuando a las acciones universitarias les tocó perder, y en los sexenios subsecuentes, lo menos que se dijo fue que, en efecto, el recurso público jugaba en la bolsa, pero cuando había réditos, eran para “los ganadores”; las pérdidas eran las que minaban la bolsa de los impuestos.
Era un secreto a voces, las fabulosas fortunas que se engordaron a la sombra de las acciones especulativas.
Ahora fue el propio Rector ANAYA quien hizo pública la estrategia financiera de riesgo, con la denuncia presentada ante las autoridades ministeriales y las declaraciones que sobre ello vertió en medios nacionales.
Nada tan malo deberá aplicar en ello, como malas hayan sido las acciones de los especuladores que causaron las pérdidas de temporada.
El requerimiento de la bancada panista en el Congreso Local, será la oportunidad para que el Rector DÁMASO demuestre que, en su tiempo, cuando hubo ganancias, se aplicaron en bien de la comunidad universitaria y su extensionismo; y si se dieron pérdidas, no son imputables a su administración rectoral, que son reclamables y recuperable además.
Pero más aún, al Médico Rector el PAN le ha puesto la pelota, para que tire a gol y presente las evidencias de que en los últimos gobiernos panista y priísta, la especulación con el presupuesto de la UAT desvió sus réditos a cuentas personales.
”De todo estoy informado”, dijo el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, cuando felicitó y arengó a los jóvenes deportistas tamaulipecos que con su esfuerzo y dedicación, han ganado justas nacionales, continentales y mundiales, inflamando el orgullo y aprecio de los paisanos.
Era la ceremonia semanal de honores a los símbolos patrios, en los que, además se sumó la anfitrionía del Secretario del Trabajo, GERARDO ILLOLDI y la Secretaria de Bienestar, SILVIA CASAS GONZÁLEZ, quienes igual pronunciaron sendos discursos de reconocimiento y estímulo a los jóvenes -y uno que otro adulto-, cuyos oficios han llevando el nombre de Tamaulipas allende nuestras fronteras.
”Felicitaciones para todos, menos uno”, pareció decir el joven Secretario ILLOLDI, cuando crípticamente aludió en su discurso a “uno que creía mi amigo con quien tuve un encuentro esta mañana”.
Las especulaciones pronto invadieron el espectro mediático, pero cada quien tiene “su veldá”.
En el Congreso Local, el diputado Presidente, HUMBERTO PRIETO HERRERA, en el marco de la reunión semanal de la diputación permanente, presentó una iniciativa que en el acto fue aprobada por unanimidad, para pedir al Consejo de la Judicatura que investigue a dos jueces de Reynosa, quienes liberaron a sendos extorsionadores exponiendo a sus víctimas.
No se puede permitir que antes de irse, la actual camada de juzgadores corruptos, echen abajo lo que se está avanzando para terminar con tanta impunidad y los abusos que ellos prohijaron.
La extorsión y el cobro de cuotas de piso no pueden seguir frenando el desarrollo y alterando La Paz de los tamaulipecos.
Sus responsables y los cómplices incrustados en dependencias públicas, fiscalías, juzgados y cuerpos policiacos, más temprano que tarde van a pagar sus culpas.