POR José Inés Figueroa Vitela
La mítica especie alada que presagiaba tempestades, no siempre fue asertiva.
Por estos tiempos, los anunciadores de las tormentas, grandotas y chiquitas, más bien lo que quieren es llevar agua a su molino, pero no han podido, viendo disipar los hipotéticos nubarrones que a nadie han impresionado.
“Mientras algunos levantan sombras, nosotros levantamos techumbres”, les dijo el Secretario de Obras Públicas del Estado PEDRO CEPEDA ANAYA, en el marco de la ceremonia semanal de honores a los símbolos patrios.
Era la respuesta a la campaña de infundios, de alta factura, que andan propagando las desprestigiadas cajas de resonancia del pasado reciente, tratando de salpicar la inmundicia que les es característica de nacimiento.
“Mientras algunos siembran dudas -siguió diciendo-, nosotros sembramos futuro; frente a la difamación, respondemos con transparencia; frente a la insinuación, respondemos con puertas abiertas, información pública y obra de calidad a la vista de todas y todos”.
De su conducta clara y del compromiso con la verdad y con Tamaulipas, fueron garantes los convidados al evento cívico.
Ahí estaban entre servidores públicos y sociedad civil, los tres poderes y el gabinete en pleno, en las renovadas canchas de voley y basquet, dentro de la unidad cívica y deportiva Adolfo Ruiz Cortínes, por un costado del estadio Marte R. Gómez.
La máquina de perversidades y mentiras, a que tiene reducido FRANCISCO JAVIER “N”, el exgobernador prófugo al PAN, como lacayos cuyo único oficio es servir a las frustradas estrategias para ganar impunidad, volvió a tener una respuesta contundente desde el gobierno del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
El propio Mandatario estatal, aludiendo a los hechos que dan firmeza a las palabras, repasó la reciente medición del INEGI que habla de resultados concretos respecto de los esfuerzos humanistas a favor de la equidad, poniendo en el centro de los afanes institucionales la opción por los más pobres.
Más de 50 mil tamaulipecos fueron arrancados de las garras de la pobreza extrema en el arranque del gobierno de AMÉRICO,
Él hoy anuncia esfuerzos y eleva convocatorias a la participación y colaboración de quienes viven mejor, para asegurarse de que otra cantidad cercana a aquella que aun vive en el rezago, no se quede en esa condición en nuestro Estado.
El abatimiento de la pobreza, que significa carencias en la educación, salud, vivienda, alimentación, seguridad social e ingreso, tiene que ver con las políticas públicas aplicadas en todo el país.
Así ha sido, por los gobiernos de la cuarta transformación, en plena construcción de su segundo piso.
La entrega de becas y apoyos a niños, jóvenes, adultos mayores, personas con alguna discapacidad, los programas alimentarios, el impulso a la capacitación y el empleo, han sido los factores que han generado una movilidad social.
Misma que inicia en esas plataformas que proporcionan los satisfactores mínimos de sobrevivencia, recuperando las oportunidades que le fueron cerradas a las nuevas generaciones en la postrimeerías del viejo sistema.
Por algún motivo, tales oportunidades aun no han llegado a cerca de 50 mil tamaulipecos y ahora esa es una de las prioridades manifiestas del gobierno estatal, para cerrar el círculo y dar paso a la siguiente etapa.
No hay duda que pronto se podrá alcanzar la meta de erradicar la pobreza extrema de Tamaulipas, a lo que muchos se han declarado prestos a sumarse, desde la sociedad civil, a partir de la convocatoria del Gobernador.
Es porque genera confianza, porque la sociedad sabe que se están haciendo bien las cosas, remontando los rezagos y construyendo futuro con honestidad, visión y esfuerzo.
Las diferencias resultan abismales, respecto del pasado sexenal reciente Y eso es algo que hace falta decirlo, cuando todos hemos sido testigos de la transformación efectiva para bien.
Los agoreros del desastre siguen viendo cómo se vuelve en su contra la fuerza de las tempestades animadas en sus perversidades.
Podrn seguir diciedo y haciendo barbaridades; siempre han de toparse en Los Hechos que animan el sentimiento popular de temporada.