- Durante el primer foro de «Arraigo local: identidad, memoria, cultura y vida cotidiana», integrantes de pueblos originarios alzaron la voz ante las injusticias que los afectan
Ciudad de México.- El pasado 4 de julio de este año, se llevó a cabo la primera marcha contra la gentrificación en la Ciudad de México. Mario Quintero, integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT), explicó que «el movimiento antituristificación y antigentrificación reconoce como enemigo y responsable de la situación de encarecimiento y privatización y desplazamiento del espacio urbano como rural a los fondos de inversión inmobiliarios, usureros de las viviendas, las plataformas digitales y los propios gobiernos que legislan a su favor».
Además, el activista aseguró que el Gobierno de México, lejos de asumir su responsabilidad en estas problemáticas, ha descalificado las protestas ciudadanas acusándolas de xenofobia o discriminación hacia personas extranjeras.
Debido a este problema, integrantes de comunidades y barrios originarios de la Ciudad de México, pidieron un alto al racismo, respeto a sus costumbres, no ser desplazados de sus territorios de origen y poner énfasis en los pueblos originarios en el «Bando Uno» que recién publicó el Gobierno capitalino.
Durante el primer foro temático «Arraigo local: identidad, memoria, cultura y vida cotidiana», integrantes de pueblos originarios alzaron la voz ante las injusticias que los afectan a causa de la gentrificación, que van desde el desplazamiento de sus hogares por el encarecimiento de vivienda hasta la pérdida de sus costumbres.
«Hemos olvidado la profunda raíz de los pueblos originarios. Estamos en esta crisis justamente porque hemos olvidado y hemos occidentalizado los planes de desarrollo que teníamos antes, la cultura, los aspectos de la sociedad se basaban en la madre tierra, en sus leyes», advirtió una capitalina quien hizo uso del micrófono. Por ello, pidió crear un plan de desarrollo basado en la tierra, bajo el modelo de la «comunalidad».
Otra de las ciudadanas, del pueblo originario de Iztacalco, advirtió que «hemos sido desplazados de nuestros propios pueblos». Con más de 700 años de resistencia, dijo, los pobladores de Iztacalco están siendo desplazados, ahora con la llegada de extranjeros que rentan a precios muy altos, por ello, dijo, quisiéramos que «al menos un 90 %» de todos esos departamentos fueran para los propios habitantes.
«No es posible que hoy en día nosotros originarios ya no tengamos donde vivir», advirtió un ciudadano originario del barrio de Tepito, quien pidió que, sobre todo, haya respeto a los pobladores de estos lugares.
Por otra parte, especialistas y representantes de barrios originarios, expusieron sus puntos de vista en el Museo de la Ciudad de México.
Susana Flores López, especialista en arraigo de comunidades indígenas, quien fue una de las panelistas, aseveró que lo interesante del arraigo es que «diversifica nuestras identidades», porque va más allá de los discursos en los que se homogeneiza a la población.
«A veces escuchamos estos discursos racistas, donde nos dicen ‘ustedes no son de aquí’, ‘ustedes están aquí pidiendo una vivienda’, siendo que somos segundas, terceras, cuartas generaciones en esta ciudad, siendo que nacimos aquí; yo nací aquí, muchos de ustedes nacieron aquí, no somos ni siquiera migrantes, no somos ni residentes, somos de la Ciudad de México, somos triquis, chilangos, purépechas chilangas, somos zapotecas chilangas, y justamente ese es el tema interesante del arraigo», dijo.
En su oportunidad, Aurelien Guilabe, consejero del Huerto Roma Verde, explicó que el arraigo local no es solamente la permanencia física, sino el «entrelazamiento profundo entre las personas que conformamos esos espacios y sobre todo todas las dinámicas que se producen en esos espacios».
Brígida Ricardo, representante de la comunidad Otomí, quien se dedica a vender artesanías, advirtió un aumento en los precios en algunas zonas de la capital, como la Roma, precios para los que «a veces no alcanza».
«También tenemos un derecho de tener una vivienda digna para nuestros hijos, para nuestra familia; en la ciudad está muy caro todo lo que hay ahorita», dijo.
En el encuentro estuvieron la secretaria de Cultura, Ana Francis López Bayghen y la titular Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI), Nelly Juárez.