- La llama sagrada inició un periplo de 63 días para llegar a Italia para la inauguración de la competencia
Ciudad de México.- Este miércoles, en una ceremonia en la antigua Olimpia, fue encendida la llama sagrada de los Juegos Olímpicos de Invierno en Milán-Cortina 2026. Con ello se dio inicio el trayecto de relevos de 63 días que terminará en Italia.
Debido al mal tiempo, el encendido de la llama -que desde 1936 se celebra en las ruinas de Olimpia antes de cada edición de los Juegos Olímpicos de invierno y verano- tuvo lugar esta vez en el interior del museo arqueológico del histórico recinto donde nacieron los Juegos hace 2 mil 800 años.
«Apolo, dios del sol y del ideal de la luz, enviaste tus rayos y encendiste la llama sagrada para la ciudades hospitalarias de Milán y Cortina», exclamó la actriz griega Mary Miná, en su papel de Gran Sacerdotisa de Olimpia tras encender la antorcha olímpica, rodeada de otras sacerdotisas y vírgenes vestales.
La tradicional ceremonia propone una conexión entre los Juegos de la Antigüedad, nacidos en Olimpia en el año 776 a.C., y los actuales Juegos surgidos en 1896 con la inspiración de la Grecia clásica.
La llama olímpica inicia así este miércoles un viaje de 63 días y 12 mil kilómetros a través de algunas ciudades griegas y las 110 provincias italianas para llegar el 6 de febrero al estadio San Siro de Milán, donde se celebrará la Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026.
Dicha llama fue encendida el pasado lunes sin medios artificiales, como se encendía hace casi 3 mil años, durante un ensayo de emergencia convocado por los organizadores en la antigua Olimpia, que aprovecharon un breve respiro en el tormentoso tiempo que azota el sur de Grecia.
La antigua sacerdotisa utilizó ese día un espejo cóncavo para concentrar los rayos del sol en una antorcha. La llama tardó siete segundos en encenderse y se conservó para la ceremonia oficial de este miércoles.
«Estamos muy contentos de que la ceremonia de hoy nos recuerde lo que representan los Juegos Olímpicos: se trata de unir a las personas en una competición pacífica, en un ambiente de amistad y respeto», señaló la zimbabuense Kirsty Coventr, presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), durante la ceremonia.
En la Antigüedad, todas las guerras entre las diferentes ciudades griegas se detenían durante los Juegos para que todos pudieran participar.
«Hoy, cuando la llama olímpica comienza su viaje hacia Milán y Cortina, celebramos los mismos ideales de armonía y unidad (que representaban los Juegos de la Antigüedad) que unirá a toda Italia y al mundo entero», apuntó por su parte Giovanni Malagó, presidente del comité organizador italiano de Milán-Cortina 2026.
Tras el encendido de la llama, la gran sacerdotista entregó la «Essenziale», una elegante antorcha de diseño italiano fabricada con aluminio reciclado, al primer portador, el griego Petros Kaitatzís, medalla de bronce en remo en París 2024.
Kaitatzis entregó después la antorcha a la segunda portadora, la esquiadora de fondo italiana Stefania Belmondo, que tiene en su palmarés diez medallas olímpicas, incluidas dos de oro, en cuatro Juegos Olímpicos de Invierno entre 1992 y 2002.
